EE.UU. estrena "nueva diplomacia"
Carlos Chirinos Vásquez,BBC Mundo, Washington
En la cumbre, todos estarán atentos a Obama.
Tras
su estreno la semana pasada en Europa, la "nueva diplomacia"
estadounidense del gobierno de Barack Obama tendrá oportunidad de
mostrarse en su propio patio en la 5ta Cumbre de las Américas este fin
de semana en Trinidad y Tobago.
Obama compartirá el encuentro con los líderes del resto del hemisferio en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago.
El
evento reunirá a 34 jefes de Estado y de gobierno de las naciones
representadas en la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que
deja fuera a Cuba, país que está políticamente suspendido del sistema
hemisférico desde 1964.
El objetivo
oficial de las cumbres es lograr un "compromiso con la integración
hemisférica y la responsabilidad nacional y colectiva, a fin de mejorar
el bienestar económico y la seguridad de nuestros pueblos", según la
Declaración de Québec, donde se realizó la tercera reunión en 2001.
Pero
este año todos prestarán atención al presidente Obama y al
comportamiento de lo que su gobierno ha definido como la "nueva
diplomacia" estadounidense, más dada a trabajar conjuntamente con el
resto del mundo en los foros internacionales y reconocer sus culpas.
Buena voluntad
El
gobierno estadounidense parece estar dando un anticipo de su "buena
voluntad" con el anuncio hecho el lunes de que eliminará las
restricciones de viajes y del envío de remesas de
cubano-estadounidenses a Cuba.
Aunque el
embargo permanecerá inalterable por ahora, Washington parece estar
reconociendo las expectativas que tienen muchos gobiernos de la región
de un cambio en las relaciones hemisféricas.
"Si
EE.UU. dice que está en una actitud de que va a escuchar y a aprender
de los demás, entonces tiene que comportarse en concordancia
Luis Alberto Moreno, presidente del BID
Algunos
esperan una repetición de la actitud que exhibió Obama en su reciente
gira europea, durante la cual muchos alabaron el cambio de tono usado
por la Casa Blanca para relacionarse con sus aliados y hasta con sus
potenciales enemigos.
Algunos notaron que
Obama -al contrario de la costumbre de su predecesor George W. Bush- no
trató de imponer el peso estadounidense para forzar acuerdos en la
reunión del G-20 o en la Cumbre de la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN), pese a que no necesariamente llegaron a las
conclusiones que Washington esperaba.
Pero
como en este hemisferio están algunos de los gobiernos más críticos de
Estados Unidos, muchos están pendientes de ver si en este lado también
se usará ese tono "distinto" durante la cumbre de Trinidad y Tobago.
"Hay
mucho que hacer para mejorar las relaciones en este hemisferio",
aseguró a BBC Mundo James Goldgeier, del Consejo de Relaciones
Exteriores, un centro de estudios basado en Washington, quien reconoció
que el "tono" va a ser importante.
Goldgeir
afirmó que "el trabajo duro empieza con esta cumbre", pese a que la
gente y los medios de comunicación estarán esperando resultados
palpables incluso antes de que los líderes hayan empezado a regresar a
sus países, lo que considera ilógico y hasta injusto.
"Mucha
gente entiende mal la naturaleza de estas reuniones. Sobre todo en el
caso del presidente Obama, quien apenas comienza el trabajo
diplomático. Hay que esperar a ver qué es lo que se puede lograr", dijo
Goldgeier.
Escuchar y aprender
"Juzgando
por lo que el presidente Obama ha hecho en los últimos días (durante su
gira europea), uno podría decir desde ya que la cumbre será un éxito",
comentó durante un evento en Washington la semana pasada Luis Alberto
Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, BID.
Menos restricciones a Cuba: ¿anticipo de la "buena voluntad" de Obama?
El
verdadero éxito de la reunión dependerá de las bases que deje
establecidas para el futuro manejo de los problemas hemisféricos y ,
por eso, para Moreno "lo que importa es el día después".
"Si
Estados Unidos dice que está en una actitud de que va a escuchar y
aprender de los demás, lo cual es positivo, entonces tiene que
comportarse en concordancia y hay un número de asuntos que no deben
salir de la agenda como Cuba o la inmigración", reconoció Moreno.
Otros
temas de la agenda son el manejo de la crisis económica global, el
enfoque de la lucha contra el tráfico de drogas, la coordinación en
materia de seguridad y hasta cómo mejorar el diálogo político entre
Washington y los gobiernos de tendencia socialista, como los de
Venezuela, Bolivia y Nicaragua.
La crisis
ya fue tratada con los presidentes de las principales economías de la
región -Brasil, Argentina y México-, quienes estuvieron presentes en la
reciente cumbre del G-20 realizada en Londres. Sin embargo, se trata de
lograr soluciones conjuntas.
Para el
hemisferio, el manejo de la coyuntura es lo principal, ya que -según
datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- por cada punto
porcentual que se reduzca el Producto Interno Bruto en América Latina
unas 15 millones de personas regresarán a la pobreza extrema, lo que
revertiría la tendencia de los últimos cinco años durante los cuales
unos 40 millones abandonaron esa condición.
Nueva asociación
Para
muchos, la manera como Washington se ha asociado tradicionalmente con
los países de su políticamente incorrecto llamado "patio trasero" ha
sido desde una posición dominante como proveedor de los recursos y del "know how" (conocimiento).
Hay líderes regionales asumiendo responsabilidades y no a la espera de que EE.UU. intervenga
David Rothkopf, analista
Así
habría sucedido en la llamada guerra contra las drogas -con el Plan
Colombia y actualmente con la Iniciativa Mérida en desarrollo en
México- o en programas de derechos humanos, de lucha contra la
corrupción y hasta en planes de ayuda contra la pobreza.
David
Rothkopf, director de Garten-Rothkopf -una firma de asesoría
internacional-, reconoció que todos los gobiernos estadounidenses han
tenido "algún tipo de asociación" con la región, pero que "típicamente
eso ha significado que Washington firma un cheque y le dice al país qué
es lo que quiere que se haga".
Para
Rothkopf, "no es exactamente una asociación de iguales y generalmente
conduce al resentimiento". "Debemos entender qué es una verdadera
asociación, ya que hay líderes regionales asumiendo responsabilidades y
no a la espera de que Estados Unidos intervenga", completó.
En
general, los expertos en temas hemisféricos reconocen que, pese al
"nuevo tono", los asuntos americanos no serán una prioridad para la
diplomacia estadounidense, ocupada en responsabilidades globales
heredadas del gobierno anterior.
Pero
esperan que quizá este punto de inflexión en el que muchos ven a
Washington sea un buen momento para replantearse sus relaciones con el
hemisferio. Y un buen lugar para dejar claras las intenciones pudiera
ser Trinidad y Tobago.