Se apagan las luces en todo el mundo en la Hora de la Tierra
28 de marzo de 2009, 11:35 PM
CHICAGO (AP) - Desde una base de investigación antártica hasta las
Pirámides de Egipto el Empire State de Nueva York y América Latina, el
mundo apagó las luces el sábado para celebrar por segunda vez la Hora
de la Tierra y poner de manifiesto la amenaza del cambio climático.
Las
luces que iluminaban calles, famosos rascacielos y algunos de los
monumentos más conocidos del mundo se apagaron durante 60 minutos.
De manera sucesiva en cada huso horario del planeta, casi 4.000
ciudades y pueblos de 88 países se sumaron al acto patrocinado por el
World Wildlife Fund (WWF), un plan de oscurecimiento que consistió en
apagar todas las luces no esenciales entre las 8.30 y las 9.30 de la
noche.
Un acuerdo para reemplazar el Protocolo de Kioto, que expira en el
2012, deberá alcanzarse en diciembre en Copenhague, y el sentido de
urgencia de los ambientalistas ha suscitado interés en la Hora de la
Tierra en el 2009. El año pasado participaron 400 ciudades. Sydney
había iniciado el esfuerzo de manera solitaria en el 2007.
Una multitud en la Plaza Times de Nueva York observó el momento en
que muchos de los grandes anuncios luminosos, incluida la marquesina
del "Fantasma de la ópera", se apagaron.
Mikel Rouse, un compositor de 52 años, quien vive y trabaja cerca,
asistió para ver la forma en que "el centro del universo" apagaba sus
luces".
"¿Es realmente necesario todo esto? ¿Todos estos anuncios ridículos?
Toda esta publicidad empresarial que gasta tanta energía parece un
desperdicio", dijo Rouse.
En Chicago, las autoridades desactivaron un falso interruptor de
1,22 metros (4 pies) de altura, para marcar el momento en que la ciudad
de unió al acto. La ciudad, una de las 10 que participarían en Estados
Unidos, fue azotada por lluvia y viento, lo que hizo aún más impactante
la penumbra.
El Castillo Smithsoniano, el Banco Mundial y la Catedral Nacional
figuraron entre varios inmuebles que se quedaron sin luz por una hora
en Washington.
En Santiago de Chile, las luces se fueron en los bancos, la torre de
comunicaciones y varios edificios públicos, incluido el palacio
presidencial de La Moneda, donde la mandataria Michelle Bachelet
ofreció una cena con velas al vicepresidente estadounidense Joe Biden.
En Brasil participaron más de 60 ciudades, incluidas varias en la
región del Amazonas, donde la deforestación representa buena parte de
la contribución del país a los gases que agravan el efecto invernadero.
En Río de Janeiro, la estatua del Cristo Redentor del Corcovado, que
se yergue sobre ante la ciudad, se perdió de vista con la falta de luz.
También se oscureció la playa de Copacabana.
Participaron también Sao Paulo y Brasilia.
En México, el gobierno de la capital y los dueños de
establecimientos comerciales y de empresas apagaron todas las luces "no
esenciales" en unos 100 inmuebles, incluidos 31 edificios y monumentos
de la ciudad, así como en 17 hoteles.
El jefe de gobierno (alcalde), Marcelo Ebrard también apagó un
interruptor simbólico en la plaza central de la ciudad, conocida como
Zócalo, tras un concierto.
En Colombia, la empresa XM, una filial de ISA, la operadora y
transportadora de la energía en la nación, dijo que en una medición
siete minutos después de la hora programada para el apagón voluntario,
el consumo bajo en 243,5 megavatios. La cifra normal en un sábado fue
es de 7.411,5 megavatios la que disminuyó a 7.168 megavatios. Los
partidos por la copa mundial al parecer influyeron en la cifra.
Los departamentos del oeste colombiano fueron los mas colaboradores, dijo Paula Andrea Escobar de la oficina de prensa de XM.
En Bonn, activistas del WWF realizaron un cóctel a la luz de las
velas, en la víspera de un encuentro de la ONU sobre el cambio
climático, la primera de una serie de conversaciones antes de la cumbre
de Copenhague. La meta es delinear un acuerdo ambicioso para reducir
las emisiones de gases que atrapan el calor en la atmósfera, un
fenómeno que de acuerdo con los científicos, está calentando el planeta
a niveles peligrosos.
"La gente quiere que los políticos emprendan acciones y resuelvan el
problema", dijo Kim Carstensen, director de la iniciativa climática
global del WWF, en un piano bar iluminado por velas.
Pese al aumento de interés por las negociaciones de Copenhague, los
organizadores se preocuparon de que el entusiasmo por la celebración de
este año quedara sepultado por la crisis económica mundial, dijo a la
AP el director ejecutivo de Hora de la Tierra, Andy Ridley. Pero agregó
que curiosamente parece haber tenido el efecto contrario.
"La Hora de la Tierra siempre ha sido una campaña positiva; se trata de
fiestas callejeras y no de protestas callejeras, es la idea de la
esperanza y no la desesperación. Y creo que eso es notablemente
importante este año porque hay mucha desesperación", comentó. "Por otra
parte, existe un ahorro al reducir el consumo de energía".
Las islas Chatham, un pequeño archipiélago 800 kilómetros (500 millas)
al este de Nueva Zelanda, inauguraron oficialmente la Hora de la Tierra
apagando sus generadores de diesel. Poco después se apagaron la luces
en el Sky Tower de Auckland, el edificio más alto de Nueva Zelanda.
En Australia quedaron en la penumbra los famosos techos abovedados
blancos de la Opera de Sydney. Las luces se apagaron en la Esfinge de
Giza y el centro de Londres. Hasta la avenida de los casinos de Las
Vegas se plegaba a la conmemoración.
En la Base Scott en la Antártida, el contingente neocelandés de 26
personas apagó luces, artefactos y computadoras para dejar sólo la
iluminación de emergencia.
En Atenas, la Acrópolis se oscureció y se realizó un concierto al aire
libre en una colina adyacente. Muchos espectadores atenienses llevaron
velas al concierto. El aeropuerto internacional de Atenas apagó las
luces de una de sus pistas.
El Coliseo romano y la Basílica de San Pedro quedaron también a
oscuras, lo mismo que la Torre Eiffel, el Louvre, la Catedral de Notre
Dame y unos 200 monumentos e inmuebles parisienses.
"Por encima de todo, en la crisis económica actual, debemos enviar un
mensaje para proteger el clima", dijo Klaus Wowereit, alcalde de
Berlín, una de varias ciudades alemanas que se unieron al acto por
primera vez.