| | | Las organizaciones terroristas, la importancia de la comunicación y las complicaciones éticas y culturales exigen un cambio en las tácticas bélicas tradicionales. | | UNA conocida escuela de pensamiento del establishment de defensa de Estados Unidos defiende que no se está prestando suficiente atención a la principal amenaza a la que se enfrenta el país, para la que las estructuras y los conceptos de fuerza existentes no están preparados.
Desde el final de la Guerra Fría, la planificación de defensa estadounidense ha estado dominada por los que ponen todo el énfasis en la alta tecnología. La superioridad en reunir, procesar y explotar información, combinada con sistemas cada vez más precisos de ataque, proporcionaría “conocimiento dominante del espacio de batalla” y una ventaja decisiva sobre el oponente. Este modelo de guerra se vio en la primera versión de la Operación Tormenta del Desierto en 1991, y después fue mejorada en Kosovo, Afganistán y la invasión de Irak.
La “transformación” dominó la política de defensa de EEUU, buscando institucionalizar y poner en práctica su “revolución en asuntos militares”. Sin embargo, algunos pensadores se resistieron a esta ortodoxia, indicando que muchos de los conceptos y capacidades militares propuestos no encajaban bien con las amenazas y los oponentes modernos.
El concepto de “guerra asimétrica” ha sido muy discutido. La teoría específica de la “cuarta generación de guerra” (4GW) merece especial atención. El concepto, acuñado por primera vez en la Gazette del Marine Corps de EEUU en 1989, salió de la situación política internacional en torno al final de la Guerra Fría, los desafíos al estado-nación y el aumento de los conflictos culturales, étnicos y religiosos.
La reacción contra el énfasis en la tecnología dentro del Ejército estadounidense dio más importacia a esta teoría, que ganó credibilidad tras los ataques del 11-S y la declaración de “guerra global contra el terrorismo”. |
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